Hollókő

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Este pueblo se encuentra a unos 100 kms de Budapest, entre los montes de Cserhát descansa modestamente el pueblo Hollókő, guardando su imagen original.

Hollókő es la única aldea de Hungría que desde 1987, junto con su entorno natural y las costumbres folcloricas, forma parte del Patrimonio Mundial del UNESCO.
Pero después del incendio de 1909, las casas furon reconstruidas ya de adobe y el techo de loza. Los visitantes pueden admirar en el casco antiguo las obras maestras de la arquitectura popular, las casas típicas blancas de los campesinos „paloc” con su zaugan, su balaustrada de madera, tienen tres habitaciones bien separadas entre sí, la cocina, la llamada habitación limpia, y la despensa.



Su templo pequeno católico, cubierta de madera (chillas) y con torre de madera, se habia construido en 1889, y se encaja armónicamente en el ambiente. Sus vecinos paloc, que además de su gracioso dialecto, llevan también orgullosamente su vestimenta popular ricamente adornada.
Durante las grandes fiestas tanto menores, como mayores de la aldea visten este hábito, hecho por ellos mismos, que reflejan fielmente el estado civil de su dueno y la importancia de la ocasion.
El Castillo de Hollokő construido en siglo XIII, domina el paisaje cercano. En 1552 el pueblo con el castillo fue ocupado por los Turcos y tan sólo en 1683 fue liberada definitivamente.
El castillo parcialmente restaurado, con exposiciones temporales, esta abirto a los turistas. El pueblo generalmente tranquilo se llena de visitantes durante las fiestas de pascua en la primavera y los desfiles de la vendimia en Septiembre.

Cuando visitar Hollókő

La mejor fecha para visitarlo es en semana santa, cuando los palóc se pasean por el pueblo con sus trajes típicos y practican la costumbre de “regar” a las chicas.
Además, muchas casas muestran algunos de los antiguos oficios, como el herrero, el carpintero, tejedoras, vidrieros… También se puede visitar la pequeña iglesia, la casa de correos o la casa de muñecas.
Además hay algunas exhibiciones y talleres, por ejemplo los niños pueden decorar huevos de pascua. El resto del año el pueblo está bastante muerto, salvo los fines de semana.
Lo malo de la semana santa es que, además de estar bastante masificado de gente, hay que pagar una entrada por acceder al pueblo. El precio ronda los 10 €, y permite el acceso a todas las viviendas-museo y al castillo (al que se accede desde el mismo pueblo por una pequeña subida), así que no es tan caro como pueda parecer, pues el resto del año hay que pagar por acceder a la mayoría de los sitios (aunque no por entrar al pueblo y pasear por sus calles).
Aún así para una familia puede suponer un buen desembolso (además de tener que pagar también por dejar el coche  aparcado en unos prados cercanos, desde luego saben exprimir al turista).

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